Hermana Anastacia Laszkarow
En primer lugar, quiero dar gracias a Dios por ser el artífice de esta “obra”. Nosotras como consagradas sabemos que todo lo que realizamos y lo que va sucediendo con el paso del tiempo, es simplemente Su voluntad y lo que El elige para su pueblo, para los que El ama.
Y es muy lindo saber que Dios ha mirado este lugar, esta ciudad de Posadas, que ha pensado en cada una de las personas que pasaron y pasarán por este Instituto, que ha soñado para todos, días plenos, días felices, cumpliendo con alegría la hermosa tarea de ir formándose con esfuerzo y responsabilidad en personas de bien, para ser candelabros que iluminen a los que compartirán espacios, trabajos, vidas.
En segundo lugar, agradezco a las hermanas que se animaron a seguir las mociones del Espíritu Santo y soñaron con lo que es hoy este Instituto, sin medir los esfuerzos, ni paralizarse por las tempestades, teniendo siempre presente que si era una obra de Dios, se realizaría.
También a todos aquellos que se sumaron con generosidad… que con pasión y entrega lucharon cada uno desde su lugar, por el crecimiento, uniendo esfuerzos y trabajando, con el objetivo de dar lo mejor para los alumnos presentes y futuros.