Encíclica del Papa Francisco editada el 11 de Junio del 2015, que el santo padre toma como referencia durante el congreso mundial de educación católica “Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva” realizada en Roma Italia, del 18 a 21 de Noviembre del mismo año.
“Laudato Sí, mi signore. “Alabado sea mi Señor, cantaba San Francisco de Asís”.
Hace más de 50 años, el Santo Papa Juan XXIII escribió una encíclica donde quiso trasmitir una propuesta de paz “Pacem in terris”.
Ahora el Papa Francisco, frente al deterioro ambiental global quiere dirigirse a cada persona que habita este planeta, intenta entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común.
En 1971, el beato Papa Pablo VI se refirió a la problemática ecológica, habló sobre la posibilidad de una catástrofe ecológica.
San Juan Pablo II se ocupó del tema llamando a una “Conversión Ecológica global”, decía “La destrucción del ambiente humano es algo muy serio”. Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad.
El Papa Benedicto XVI dijo “La degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana”. Nos propuso reconocer que el ambiente natural está lleno de heridas producida por nuestro comportamiento irresponsable.
Estos aportes de los Papas recogen la reflexión de innumerables científicos, filósofos, teólogos y organizaciones sociales que enriquecieron el pensamiento de la Iglesia sobre estas cuestiones.
El Papa Francisco se inspira en San Francisco de Asís, lo toma como ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una “Ecología Integral” vivida con alegría y autenticidad y dice en su llamado: “El desafío urgente es proteger nuestra casa común, incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”.
Dice la Papa Francisco “Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos”.
Hace una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta.
Dice: “Espero que esta carta encíclica, que se agrega al magisterio social de la Iglesia, nos ayude a reconocer la grandeza, la urgencia y la hermosura del desafío que nos presenta”. Pide no mirar solo los síntomas sino también las causas más profundas.
En el capítulo III apartado V de la encíclica, donde habla de la justicia entre las generaciones, plantea: Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Para qué pasamos por este mundo? Para que vinimos a esta Tierra? Para qué nos necesita esta Tierra?
En el capitulo VI sobre Educación y Espiritualidad Ecológica, el Papa Francisco nos exhorta tomar conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos.
Apostar por otro estilo de vida, la educación debe estar llamada a una “Ciudadanía Ecológica”.
Los ámbitos educativos son diversos: la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis, etc.
“Una buena educación escolar a temprana edad coloca semillas que pueden producir efectos a lo largo de toda la vida, haciendo hincapié en la importancia central de la familia”.